





Este pretende ser un espacio dedicado a todos aquellos amantes, reales o de leyenda, que vivieron un amor verdadero, escondido, apasionado... y, a veces, trágico. ¿Quieres conocer esas historias? Te invito a que las vivas conmigo.







A partir de ahí se iniciaría una campaña para ocultar la verdad sobre los hechos. El objetivo de esta conspiración era encubrir la secreta y larga aventura amorosa de la Monroe con el entonces presidente de los Estados Unidos Jhon F. Kennedy, y luego con su hermano, el procurador general Robert F. Kennedy; ella sabia demasiado, había que eliminarla. Ni el presidente, ni Bobby Kennedy podían permitirse verse involucrados en un escabroso escándalo con matices sexuales, estilo Hollywood, pero con Marilyn Monroe, quizá la más legendaria de las diosas sexuales, en medio de ellos, eso exactamente es lo que habría sido: escabroso.
El hecho es que el clan Kennedy nunca aceptó que John y Robert Kennedy se relacionaran con ella, primordialmente por la intervención de J. Edgar Hoover, quien sospechaba que la actriz sostenía peligrosas relaciones con comunistas de la época, que se acrecentaron mientras sostenía su amistad con los Kennedy. Ella, supuestamente, poseía información que podía afectarlos gravemente.
Existen datos de un primer encuentro con John F. Kennedy, en octubre de 1961, en una fiesta celebrada en la casa que Patricia (la hermana del presidente) y Peter Lawford tenían en Santa Monica.Supongamos que las cosas ocurrieron entonces, o más tarde, en casa de Bing Crosby, según la fantasía de Carol Oates. El presidente le habría pedido a Lawford que despejase el campo y le preparase en bandeja a la actriz rubia en la cabaña de la piscina. Lawford podría haber sugerido que era un riesgo innecesario, que Marilyn era un ser inestable, y por tanto, peligroso, había abortado varias veces, esnifaba cocaína, era adicta a los barbitúricos y una suicida en potencia. Además tenía amigos comunistas. El presidente habría dicho que sólo quería un revolcón con ella.
Un poco más tarde, el joven padre de todos los americanos, el elegante príncipe de la política, estrechaba a la paloma, a la huérfana de piel blanca, ella emocionada ante el deseo desbocado de él, ávida de verdadera intimidad. El presidente tenía voz de hipnotizador, al principio le susurraba palabras dulces, mi nena, decía, no se parecía a ningún hombre que ella hubiera conocido, él era un personaje de la Historia, y el personaje de la Historia fue subiendo el tono de las palabras en la caseta de baño. Ahora decía cosas groseras mientras hacían el amor, y ella sintió vergüenza porque imaginaba que los guardaespaldas estarían cerca.
El presidente de los Estados Unidos le dijo que era fantástica, a ella, a Norma Jean, a la niña a la que habían maltratado en los orfanatos. Me vuelves loco, nena, te llamaré pronto. Marilyn preguntó: ¿quiere mi teléfono, señor presidente?, porque no lo tiene nadie, es secreto. El hombre poderoso respondió: ningún número es secreto para mí. Empezaron las llamadas nocturnas. Ella se acababa de trasladar a una casa nueva en California. Sus gurús de la psique le recomendaban mayores dosis de nembutal. Estoy enamorada de un hombre importante, todo va a cambiar, decía ella. ¿Por qué tardaban tanto en verse otra vez?
El Führer no parecía ser un hombre de carne y hueso; se le desconocía toda relación privada, nada se sabía de sus diversiones, sus amistades o sus debilidades íntimas; tan sólo sus colaboradores Hess, Goebbels, Göring y otros que más tarde ocuparán los cargos importantes del Reich tenían acceso a su persona y lo acompañbaan como sombras. Su principal afición era tomar el té con su gran amor, Eva Braun, a la que había conocido en Berchtesgaden en 1929, cuando ella contaba diecisiete años. Se trataba de una joven rubia y sonrosada, de aspecto fresco y sano, tal como le gustaban a Hitler y como convenía a su ideal ario. Su carácter alegre y despierto hizo que esta mujer se convirtiese en compañera inseparable del Führer, aunque nunca llegaría a ser oficialmente la primera dama de Alemania.
Con su habitual excentricidad, su primera ofrenda fue una orquídea amarilla acompañada de un retrato de si mismo, autografiado (sus regalos, nunca fueron muy expléndidos). Eva se sentía halagada, pero pasó un año, antes de que Hitler le hiciera una invitación. Las salidas eran siempre iguales: cenar en su restaurante italiano favorito o ir a la ópera, donde Eva se aburría soberanamente. Testigos de aquellas salidas dicen que, durante este período, su relación era de padre/hija; ocasionalmente, Hitler le daba palmaditas en la mano llamándola 'Mein Sonnenschein' (mi rayo de sol). 
Poco a poco, Eva logra ocupar un espacio en la vida de Hitler. Él la llama "conejita" o "tontita"; ella, "mi Führer", y lo tutea. Comienza a recibir obsequios: dos perritos, abrigos de piel, un piso que pronto llena de regalos. Viaja con él como "secretaria privada", o la llama por teléfono todos los días. Se encuentran y Hitler entrena con un tensor por las mañanas, para poder mantener luego el brazo extendido durante horas en los desfiles. Pero evitan que los vean juntos. En el refugio de Obersalzberg, Eva pasará gran parte de su tiempo entre 1936 y 1945.
Era una mujer atlética, de una atractiva belleza pasiva, risueña y alegre, muy dada a participar en las fiestas sociales. No obstante, Hitler no se mostraba en público con ella por razones de prestigio, y tampoco en círculos restringidos si había alguna visita importante, así que pasaba el tiempo encerrada en los apartamentos de Hitler de Berlín, Múnich o en el Berghof. Cuando dejaba que apareciese a su lado, la trataba como a una reina, y además de respetarla, siempre estuvo pendiente de que nadie le hiciera daño, porque en realidad la amaba. 
A las 3:30 de la tarde del 30 de abril de 1945 ambos entran al despacho de Hitler. Eva recibe una dosis de cianuro y una pistola, Hitler masca la ampolla y se pega un tiro en la cabeza. Eva no alcanza a percutar la pistola, muere por el veneno.
La sorprendente vida de la Reina de Saba, hermosa mujer dotada de una inteligencia y diplomacia excepcionales, cuyas leyes a favor de los derechos de la mujer, y, sobre todo, su juramento de perpetua virginidad, parecieron marcar un destino cuyo rumbo quedó alterado tras su encuentro con el amor y el placer encarnados en el rey Salomón. No se sabe bien su identidad, ni nacionalidad, pues ha sido durante mucho tiempo un tema de debate, pero lo que nadie discute es la tórrida historia de amor vivida entre estos dos monarcas.
Siguen contando los textos bíblicos que cuando la reina llego a Jersusalem quedo deslumbrada por el templo y por la sabiduría de Salomón quedándose tres años en Jersusalem y logrando un tratado de no agresión y comercio entre estos dos reinos, al contrario de como se la ha retratado en el cine solo intimaron la ultima noche ya que ella siempre se negó y gracias a que Salomón (muy mujeriego) trazo un plan, con la excusa de la despedida alargo hasta tarde la estancia de la reina en su palacio , le conmino a que dadas la hora se quedara a dormir en el palacio pero ella le hizo prometer que nada intentaría el, el rey accedió pero con una condición que ella no cogiera nada del palacio, aun enfadada por ser tratada de ladrona estuvo de acuerdo con el trato , los sirvientes de Palacio dejaron una vasija con agua al lado de su cama, cuando esta se disponía a beber una mano la sujeto era la del propio Salomón dijo tu no cumpliste tu parte yo no cumpliré la mía entrenándose los dos a una noche de pasión de la cual la reina engendro a su único hijo Menelik.
Pero Menelik rechazó la oferta y decidió regresar. Abandonó la ciudad con nocturnidad y llevándose consigo la reliquia más preciosa, el Arca de la Alianza, y la trasladó a Aksum, donde todavía se encuentra hoy, en una cámara especialmente construida para ello en la Iglesia de Santa maría.
Cabe destacar que arqueólogos alemanes han encontrado los restos del palacio de la legendaria reina de Saba en la localidad de Axum, en Etiopía, y desvelado con ello uno de los mayores misterios de la antigüedad, según ha anunciado la Universidad de Hamburgo. Las investigaciones han revelado que el primer palacio de la reina de Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo orientado hacia la estrella de Sirius, destacan en un comunicado los arqueólogos que han encontrado los restos de esta residencia del siglo X a.C. bajo el palacio de un rey cristiano. Según su hipótesis, Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Jerusalén, fue quien ordenó levantar el palacio en su lugar final. El hallazgo de este palacio resuelve algunos de los misterios que rodean a esta reina, sobre la que hablan centenares de leyendas, relatos de la Biblia o del Corán.
Rebeldes dentro y fuera de la pantalla. Su energía era un grito de vitalidad allá por donde iban. Y se conocieron. Las circunstancias no eran las más idóneas –él estaba casado, desde 1923, con Louise Treadwell-, pero algo les dijo que estaban hechos el uno para el otro y se lanzaron a la aventura de amarse con trabas. Uno de los legados más maravillosos que dejó el cine norteamericano de los años 40, 50 y 60 fueron las nueve películas que rodaron juntos Katharine Hepburn y Spencer Tracy. ¡Qué pareja tan formidable hacían estos dos actores, estas dos leyendas, estas dos estrellas que nunca se apagarán mientras tengamos sus imágenes en la pantalla!


El legado que nos dejó esta pareja es impresionante. La mujer del año, La llama sagrada, Sin amor, Mar de hierba, El estado de la unión, La costilla de Adán, Pat y Mike, Su otra esposa y Adivina quién viene esta noche. Nueve películas que forman parte ya de la historia del cine, sobre todo esa gloriosa lucha de sexos que protagonizaron estos dos monstruos en La costilla de Adán o el alegato en favor de la igualdad entre razas que se esconde bajo los enredos cómicos de Adivina quién viene esta noche. Katharine y Spencer eran geniales. Y lo siguen siendo.
Se había esforzado tanto por echar a la gente de su lado que al final le quedaban muy pocas personas con las que pudiera hablar de conocidos como Howard Hawks, Cary Grant o George Cukor. Así que entre la actriz y el biógrafo se inició una profunda amistad que se prolongó durante veinte años y que ha reflejado en toda su intensidad en Recordando a Kate, la biografía que acaba de aparecer en España y que se publicó con la condición que ella impuso: que sólo viera la luz cuando estuviese muerta.
En la mitología griega, Narciso era un joven conocido por su gran belleza. Acerca de su mito perduran varias versiones. En primer lugar, hablaré de la versión helénica del mito.Se trata de una historia moral en la que el orgulloso e insensible Narciso es castigado por los dioses por haber rechazado a sus pretendientes masculinos. Se cree que es una historia moralizante dirigida a los adolescentes griegos de la época. Hasta hace poco la única fuente de esta versión era un fragmento de Pausanias (9.31.7), 150 años posterior a Ovidio. Una versión muy similar fue descubierta en el llamado "Papiro de Oxyrhynchus" en el año 2004, una versión muy anterior a la de Ovidio en al menos unos cincuenta años.
En la historia helénica el joven Ameinias ama a Narciso pero es rechazado cruelmente por él. Como una forma de burlarse de Ameinias, Narciso le entrega una espada, que Ameinias utiliza para suicidarse ante las puertas de la casa de Narciso, mientras reza a la diosa Némesis pidiéndole que Narciso un día conozca el dolor del amor no correspondido.
La versión romana es distinta. En la versión contada por Ovidio, la ninfa Eco se enamora de un vanidoso joven llamado Narciso, que era hijo de la ninfa Liríope ("la que tiene forma de lirio"). Céfiso, un dios del río, se había sentido atraído por Liríope y la había rodeado con sus corrientes, atrapándola y concibiendo un hijo con ella.

El 2 de mayo de 1536 es detenida y conducida a la Torre de Londres, y en su juicio es declarada culpable de adulterio, incesto, herejía, traición y actos contra el rey; no había otra opción, el rey ya no la quería, ahora tendría una nueva reina y nunca quiso escucharla. La mandó a la Torre de Londres y le arrebató a Isabel, nombrándola bastarda (17 mayo 1536).